Abiertas mis piernas mojadas
sonriente boca mi flor inacabada,
sonriente boca mi flor inacabada,
anhelante y esperando,
en mi jardín vedado
el viento pregunta incansable,
cuando es mi día de descanso.
Los deseos suben por mis rodillas
mis huesos presienten
que lo normal ya no existe,
yo le pago a tu desdén,
pero hay deudas pendientes
y mis palmas están desnudas.
respirando esta perdición,
doy carta blanca a la inconsciencia,
cierro mi boca ausente y violenta,
abro los ojos y ya no soy inocente.