El desierto entra en mis zapatos...
en mi garganta, en mi ropa.
Quiero llegar a ti
A pesar de las grandes distancias
Recorrer palmo a palmo
tus Dunas y cerros
no hay caminos trazados en mis sueños
no hay caminos trazados en mis sueños
Mi corazón
Late violento frente a las palabras
Que salen de tu boca
Tengo miedo de este juego imparable
Tengo miedo de este juego imparable
En este lugar desértico
se amontonan mis deseos no cumplidos.
Una tempestad ardiente
barrerá estos obstáculos
y
caeremos al mismo abismo
No vivos...no muertos
seguiremos solos e inmersos
Cruzaremos el planeta
condenados
a poseernos con locura,
condenados
a ser quemados
a ser quemados
por un sol lujurioso
+ Gesine Marwedel
13 comentarios:
Place leerte
Cariños
Qué finura en el tratamiento del lenguaje erótica, para dos seres prometéicos, condenados a la dulce delicia del amor y sus instancias placenteras. ESe cierre, perfecto: "...condenados a ser quemados por un sol lujurioso." UN abrazo. Carlos
Hermosas letras.
Un abrazo
Intensa mujer
que escribe pensando en dar a sus letras la magia que tienen
Precioso, precioso y precioso Carmen. Amor y pasión expresado en buenas letras. Me ha gustado mucho. Espero que estés bien, yo ya he vuelto de vacaciones. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
Gracias Abuela por tus palabras. Un abrazo feliz!
Gracias Carlos Augusto, nuestro ser erótico nos define pero no es fácil expresarlo. Un abrazo grande!
No vivos...no muertos
seguiremos inmersos
Maravillosa condena al filo de la piel
Saludos, Carmen y lindo fin de semana
El desierto siempre es mágico e inspirador. Hoy te inspiró a ti con un hermosísimo texto.
Un placer leerte.
Precisas letras que con sutileza nos conducen por el erotismo,la lujuria, los sentidos…mientras ese volcán ardiente se funde cuerpo a cuerpo…
Un cálido abrazo
Que alguien me condene a lo mismo.
Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Besos.
hermoso como siempre compañera
Inmensamente solos, y quemándose revueltos en la lujuria. Suena tan excitante como tener un desierto en los zapatos.
Qué visuales y potente son tus versos, Carmen.
Un beso,
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