Mis ojos niños se pegaban
al sucio espejo
del invierno
Lavando por dentro
los
vidrios de la ventana
lagrimas enérgicas
lagrimas enérgicas
no pararian el asedio
de la ahogante lluvia
en mi corazón.
Nadie pasaba por la calle
nadie me saludaba
mis largos ojos
enviaban miradas fantasmas
a la nada.
Quise aprender una ruta nueva cuando
niña
quise asaltar los libros
que Ya eran viejos, hace años
y no perderme ni una coma,
de preferencia
los Clasificados como:
…“No son libros para ti”…
Los releí una y otra vez con asombro,
frases de pasión torrencial,
incomprensibles pasajes de letras
vacilantes.
Dudas que aparecieron
formaron un batallón en mi mente
y con ellas,
la sospecha.
En el aire empieza,
sin limites,
sin limites,
el desgaste del conocimiento
engullir, tragar y palpitar el mundo,
hasta hoy